BARRIO "LA JOTA"
Sus calles llevan los nombres de los que marcaron un arte
"Son sus calles galería
Del tesoro de la jota
Con sus nombres imponentes
Aún se oyen cantar sus coplas"
Sara Serena

Grupo D'Aragón
Es el gran barrio La Jota, de este estilo campeón, como hacen gala de ello, los del grupo D'Aragón. Y es que en una de sus calles se encuentra la sede de este grupo, fundado en 1991 y con gran prestigio entre sus similares en Zaragoza. Hasta 2006, bajo la denominación Grupo Folklórico Aragonés Calatorao, colaboró como ballet en el Teatro Lírico de Zaragoza, participaron en numerosos certámenes como grupo (algo que no se mantiene en la actualidad) y presentaron hasta tres grabaciones discográficas en las que mostraban su exhaustiva labor de investigación por sacar a la luz las raíces aragonesas. "Yo nací en Calatorao", "Pasodoble-Jota" y "El Pilar, la jota y mi Aragón" avisaban de que esta formación folklórica se antojaba como una de las que marcarían este arte. Actualmente, es una de las escuelas con más recorrido por la geografía no solo aragonesa sino española, dirigida por Olga Aquilué, Jaime Giménez y Sergio Sanz. Entre sus voces, dulces como la de Sara Serena, bravas como la de Ana Lorente y cálidas como la de Sergio Sanz y Jesús Gimeno; ponen voz a los movimientos de bailadores como David Elvira y Raquel Velasco. Un grupo con gran recorrido que pone la melodía de las castañuelas a un barrio muy jotero.
Barrio muy jotero, de lo que hacen gala sus calles, todas ellas con nombres de aquellas figuras que marcaron este movimiento folklórico. Entre ellos, José Oto, que empezó en bandurria con el Maestro Calavia y pronto se unió al canto en el cuadro jotero de Miguel Asso, quienes también tienen su propia vía. Ganador del Certamen Oficial de Jota en el año 1927, registrado como tenor y pareja de la cantadora Felisa Galé, fue el impulsor de estilos como "femateras", "fieras de Fuentes" y "fiera zaragozana".
Historia de un barrio jotero
Pertenece al distrito de El Rabal de Zaragoza y tiene 78.548 habitantes. Sin embargo, sus vecinos más importantes son los que tienen su nombre escrito en sus paredes. Como un halo invisible, la jota inunda las calles de este barrio y recuerda la importancia de este arte en la ciudad mañica a quien las recorre.
En sus orígenes, "Barriada de Escudero"; en la actualidad, "Barrio de La Jota". Pionero en formar una Asociación de Vecinos, ahora luchan por conseguir su sueño de acoger el primer Museo de la Jota y de Aragón.
Antes, barrio obrero; ahora, barrio jotero. Lleva el sello baturro grabado a fuego pues empaparse de la cultura de la comunidad es posible gracias a los letreros que dan nombre a sus vías: Calle Miguel Asso, Calle Balbino Orensanz, Calle de José Oto y Calle de Pascuala Perié, entre otras. Por si alguno se había perdido en el significado de estas últimas, ya está la gran Avenida La Jota para explicar dónde se encuentra. Fue en 1955 cuando sus calles tomaron su denominación actual, cuando se construyó la Parcelación Damán, una serie de parcelas de una planta con jardín, a través de la cual se estableció la nomenclatura del barrio.
Uno de los proyectos más reconocidos que tiene en cuenta esta peculiaridad es el "Callejero Jotero", que indaga en las denominaciones tan especiales de estas calles, llevada a cabo por la Fundación Zaragoza Ciudad del Conocimiento y ARS Electrónica.
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Patrimonio al son de la jota
Un edificio llamará tu atención cuando lo divises por primera vez al pasear entre las calles de esta barriada. Darle la vuelta es prácticamente imprescindible para comprender la magnitud de este edificio. No es una discoteca, ni un centro cívico. Ni siquiera un monumento. Se trata de la parroquia de San Pío X y observar sus múltiples caras de color salmón te harán comprender por qué se trata de una de las construcciones más peculiares de la ciudad. Su arquitecto, Antonio Tello; y su obra, una "bomba" cuando se instaló. Pero a la que los vecinos ya se han acostumbrado. Sus habitaciones interiores hacen gala de la irregularidad de la planta del edificio, pues ninguna de ellas es rectangular. Sin duda, uno de los emblemas del barrio.
El barrio La Jota destaca por no tener esquina sin detalle, como lo era la Calle Royo del Rabal. En ella, una singular escultura saludaba a todo el que por ahí cruzaba con sus -imaginarios- cantos. El maltrecho jotero esculpido, que hacía homenaje al cantador de jota Pedro Nadal y Auré, es obra de Carlos Ochoa Fernández, quien lo creó en 1986. Sin embargo, y para sorpresa de nadie, un grupo de jóvenes desapegados de las raíces joteras de las calles por las que pasean, lo estropeó con pintadas que poco favorecían su estética. El Ayuntamiento de Zaragoza, lo retiró para estudiar su restauración y esta esquina todavía sigue huérfana de dueño. Un simple trozo de hierro, esculpido de forma dudosa, se convirtió en todo un emblema para los habitantes de este barrio, quienes a pesar de no saber ni cantar ni bailar, se declaran, como no, joteros.
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Cuando el río suena, jota lleva
El barrio La Jota pertenece al distrito de El Rabal de Zaragoza. Es por eso que muchas de las jotas que en sus calles resuenan van dedicadas a su virgen y a su río. Río que se encuentra próximo a las calles joteras y que se convierte en una opción ideal para un paseo dominguero. Cruzar a la margen derecha del río por el Azud es una de las rutas preferidas por los amantes de un buen paseo por la naturaleza aun estando en plena ciudad.
Los colores que decoran el camino que el agua va mojando en su paso por Zaragoza son, en su mayoría, verdes y marrones. No es casualidad, pues los árboles que se encuentran en los márgenes son álamos, chopos, sauces, sargas y tamarices. También tiene sus propios cuidadores, tanto dentro como fuera del agua. El ánade real, la cerceta común, garzas y cormoranes te recibirán en tu paseo cercano al barrio La Jota, mientras que los siluros, tan famosos en Zaragoza, te mirarán desde unos metros más abajo.
Pasear por este entorno único en la ciudad, es mejor con una jota, ¡que te lo digo yo! (click aquí).
Las recomendaciones de Lucía
Si algo me gusta del barrio La Jota, es que se encuentra bien comunicado con el resto de la ciudad, por lo que no tienes excusa para perderte lo que te voy a contar.
Empezar el paseo por este barrio no puede ser de otra forma que en la Plaza la Albada para conocer su peculiar parroquia, acompañado de un rico café en el bar situado a su izquierda. Disfrutar del ambiente familiar, especialmente en los días soleados, es un plan perfecto para relajarse y disfrutar solo, con amigos o con familia. Para conocer a fondo la cultura de este barrio, nada mejor que recorrer todas sus callejas. Fijarse en los nombres de cada una de ellas y consultar quién fue cada uno de los cantadores y cantadoras que se lo otorgan es una forma fácil y divertida de empaparse de la cultura jotera de la ciudad. Por supuesto, no puede faltar hacerlo al son de sus jotas: Pascuala Perié, José Oto, y Felisa Galé, entre otros (click en sus nombres para escuchar sus voces).
Después de recargar fuerzas y de conocer la manifestación artística más destacable del barrio, nos disponemos a disfrutar de naturaleza y el relajante sonido del agua discurriendo al lado del Ebro. Las preciosas vistas de la ribera y de la Basílica del Pilar desde aquí, paseando por el andador Mario Gaviria, nos harán recordar lo importante que es preservar nuestro patrimonio y, sobre todo, nuestra cultura. Como así lo hacen barrios tan joteros como el que hoy hemos visitado.
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